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Foto del escritorLínea Conflicto, paz y postconflicto

Seguridad y migración en la frontera Colombia-Venezuela

Por: Línea de Conflicto, Paz y Postconflicto. Pares.



La frontera entre Colombia y Venezuela tiene una extensión de 2.219 kilómetros, la de mayor longitud que tiene el país con un país vecino. Este territorio fronterizo que, además de caracterizarse por la porosidad que favorece la concentración de estructuras y actividades criminales, se ha convertido en el corredor por donde han ingresado a Colombia desde Venezuela por los puestos de control terrestre formales, entre 2012 y 2020, 2.705.403 personas, según cifras de Migración Colombia, y un número indeterminado de población que ha transitado por los pasos informales o trochas, pero que podría alcanzar el doble de migrantes.


El presente documento da cuenta y analiza las dinámicas de seguridad y la situación de migración en esta zona de frontera para el año 2020, dando continuidad y adhiriendo nuevos elementos de análisis a la investigación adelantada y presentada por Pares sobre territorio fronterizo colombo-venezolano entre 2012 y 2019. Para esto, el siguiente informe se concentra en los municipios fronterizos de tres regiones binacionales de gran importancia en materia migratoria y de seguridad.


En los veinticuatro (24) municipios fronterizos de Colombia ubicados en estas regiones, durante el 2020, han sido asesinadas 472 personas; 63 de nacionalidad venezolana; 24 han sido masacradas; 1.365 personas han sido desplazadas forzosamente y 13 han sido secuestradas. Del lado venezolano se desconocen cifras que permitan precisar en este mismo nivel de acercamiento cuantitativo la situación de derechos humanos del vecino país. No obstante, se ha contado para este informe con la participación de expertos académicos y fuentes primarias de territorio venezolano que han aportado a la caracterización y análisis de dichos temas.

Esta investigación indica que la compleja situación en materia de derechos humanos en la frontera colombo-venezolana, especialmente en zona de frontera de Norte de Santander – Táchira obedece a una muy acelerada reconfiguración de las Estructuras Armadas Ilegales, así como de las economías criminales en las que estas participan. Las explicaciones son variadas.


En primer lugar, el fortalecimiento del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en frontera colombo-venezolana, que ha tenido como resultado el debilitamiento y casi desarticulación, de ‘Los Rastrojos’ y el Frente Fronteras del Ejército de Liberación Popular (EPL) o ‘Los Pelusos’ en área metropolitana de Cúcuta, Norte de Santander, donde ambos grupos armados ilegales contaron con un amplio accionar y control de los pasos fronterizos, la extorsión, el narcotráfico y otras actividades delictivas recurrentes en esta zona del departamento hasta inicios de 2020, luego de casi dos años de fuerte dominio.






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